Pieter Cleppe y Javier R. Portella han protagonizado una mesa redonda donde se ha hablado del papel de las redes sociales, los gigantes de las RR.SS y el poder político en la UE.
Pieter Cleppe ha explicado que “debemos comprender que existe un régimen de responsabilidad para redes sociales. Cuando la prensa pone algo le pueden demandar por los comentarios, los medios se han vuelto exentos de esa responsabilidad pero eso está cambiando. Es muy difícil hoy en día distinguir entre redes sociales y medios de comunicaicón, por lo tanto no tenga sentido hacer esta distinción en el marco legal”.
“Lo más importante es que la gente puede competir dentro de las redes sociales, uno puede creer que en este sistema puede haber libertad de expresión, que se pongan opiniones y puedan florecer. Sin embargo, cada vez es más difícil, en Europa séra difícil hacer un twitter en libertad”.
En cuanto a la legislación digital ha señalado que “las categorías no están definidas claramente, la Unión Europea tiene un importante papel en todo esto, ya ha regulado la esfera digital pero la interpretación no es nada clara. Por ejemplo, lo que se debe hacer es eliminar la legislación de los cookies”.
Con las asociaciones de lobbies digitales esto va a costar al marketing digital seis mil millones para las empresas, es importante tener esta información para tener filtros y tener socios instalados para que internet esté más ordenado.
También hay una dimensión política, “esta legislación obliga a las redes sociales a que tengan los vigilantes del portal, que hagan una monitarizacion de portales. Creo que esto no es algo inocente, estamos diciendo que la legislación europea lo está aplicando y armonizando todo para a que los estados miembros no puedan hacer lo que quieran en cuanto a legislación digital”.
Una de las leyes de la Unión Europea ha incluido un protocolo en casos de crisis, la comisión puede imponer que cierta información sea difundida prominentemente cuando se dé circunstancias extraordinarias. “Por ejemplo durante el COVID la información ha sido dada por la autoridades en redes, la comisión europea a emitido el comunicado, lo que supone una autoridad preocupante, que las autoridades tengan un poder especial para dar sus mensajes a través de las plataformas privadas”.
Por su parte, Javier R. Portella ha explicado que hay que hacer una clara distinción entre los tipos de medios. “Para empezar con los grandes medios de comunicación, el principal es la TV. Hay que decir que todo esto constituye el enemigo publico numero uno. Es el escollo, el obstáculo principal que debemos vencer aquellos que nos enfrentamos con el mundo como es hoy y queremos un mundo distinto”.
Es el enemigo numero uno porque “los grandes ejes del pensamiento que se difunden a lo largo y ancho de nuestras sociedades están dominados y producidos por todo este conjunto de grandes sistemas. Esos rasgos de lo que caracterizan el mundo contemporáneo son los del capitalismo, el materialismo, el individualismo, el historicismos, la ruptura con la tradición histórica de nuestros pueblos y el dominio de la ténica entendida en el sentido de la dominación”.
“Este enfrentamiento no es solamente vertical no se produce entre los poderosos de arriba contra los de abajo, pero es que además de este enfrentamiento existe la difusión transversal a lo largo y ancho de las capas de la sociedad. Hay que reconocer que el poderío con las que las televisiones consiguen llegar a la población”. ha explicado Javier.
Por último ha recordado que no se puede vivir de espaldas a los medios, “hay que participar de ellos por más asco que nos dé estar al lado de los periodistas lacayos del sistema. Hay que seguir con lo que hacemos, con esta vía que es la buena, tenemos la posibilidad de ganar no en lo inmediato pero si a largo plazo. Se trata de cambiar la estructura, los resortes por los que nos movemos los hombres, hay que cambiar el aire ambiente, y esto no se puede hacer ni en unos meses ni en unos años, son tareas de largo alcance como lo que significó el cambio del mundo antiguo con la llegada del cristianismo”.